Aventuras y desventuras de un doble naufrágio

25  noviembre   2009

Estimado Agustín, me permitirás que te tutee, al fin y al cabo, tal y como señalas al final del epílogo de tu libro, hemos hecho una buena travesía juntos.

Lo primero que debo hacer es disculparme…Sí, disculparme por lo superficial que pude ser en cuanto abrí el paquete que contenía el libro, y que muy puntualmente me llegó este mismo lunes (23/11).

La primera impresión me defraudó profundamente. Al abrirlo y ver la tipografía y las fotografías, empalidecí. No podía creerme que en pleno siglo XXI alguien hubiese publicado un libro con esa pésima calidad. Para más inri, a medida que avanzaba en su lectura, no dejaba de ver frases cortadas por signos de puntuación que no se correspondían, sustitución de siglas y palabras por otras fuera de contexto y un sinfín de “gazapos”, que más tarde comprendí que se correspondían a un mal ajuste de las propiedades de autocorrección que ofrecen los procesadores de texto actuales.

Pero a pesar de todo ello, debo felicitarte. El lunes a las 13 horas recibía el libro, y el miércoles a las 15 horas lo había leído en su totalidad. Quien es capaz de hacer eso con un manual técnico. Nadie! al menos en su sano juicio. Entonces…estoy perdiendo el mío. Ni mucho menos!

La respuesta es que has escrito un tratado sobre el amor por los barcos, con un espíritu lleno de pasión hacia todo lo que les rodea y sobre las relaciones que se establecen en las personas que comparten ese amor y esa pasión por la náutica en general.

No se si será un Best Seller o si pasará desapercibido, deseo de corazón que sea un auténtico éxito, pero lo que sí se, es que me ha hecho volar de tu mano, por naves de astilleros, pantalanes, travesías, y un sinfín de paisajes y escenarios, al más puro estilo de los mejores libros literarios. Esas historias y vivencias personales, compartidas en ocasiones con compañeros de pantalán o fondeo, son las que te obligan a seguir enganchado un capítulo tras otro.

En fin. Esta es la primera crítica literaria que hago, no se si he hecho bien transmitiéndotela o por el contrario debía haberla omitido, pero algo dentro de mí no me dejaba quedar impasible.

Bueno, déjame repasar, una de cal, otra de arena, algo de vaselina, bueno, creo que tengo todos los ingredientes para poder hacerte una consulta técnica  (es broma, si?).

Aunque estuve siempre relacionado con la mar, no descubrí la vela hasta el año 2000, por pura casualidad. Como sería esa semana de navegación que a los 2 años, ya había comprado mi primer barco, un Dufour Arpege 31’. Un gran barco que me enseño lo poco que hoy se de navegar, perdonándome incontables errores e infinidad de pruebas para aprender a trimar, rizar, fondear, en fin, a navegar. Tengo la suerte de que a mi mujer e hijos (9 y 10 años) también les gusta, y pronto comenzamos a pensar en cambiar por algo con mayor habitabilidad, pero que siguiese siendo un barco que digamos nos arropase y nos transmitiese las sensaciones que el Arpege nos había enseñado.

Corría el año 2006, y por esas fechas ya había hecho muchos amigos y conocidos a través del foro de la taberna del puerto. Con buenas compañías, me vi en Cataluña buscando mi siguiente nave. He conocido gente allí, que al igual que tú, transpiraba “salitre” y amor hacia la náutica. Algunos con los que he pasado días enteros de puerto en puerto, incluso me han contado las historias de astilleros catalanes de las décadas de los 70-80. Me encontré al fin en Mataró, un barco que me gustó, un   “ (……….) 35’. El precio estaba bastante ajustado y preveía algunas mejoras, pero pintaba bastante bien. Tras pactar un par de problemillas de papeleos que había que arreglar (lo habían remotorizado en el 2000), decidimos subir el barco en el travelif  y de paso un inspector lo evaluaba para pasar la ITV, la cual tenía caducada. A parte de un poco de óxido en la orza (hierro de fundición), según el inspector no presentaba ningún otro problema. Según el armador, tenía un tratamiento de epoxy (casi no lo sabía ni pronunciar) pero no sabía si era curativo o protector. En fin, no había ningún papel que lo justificase, y así dejamos las cosas, con poca credibilidad por mi parte.

Este verano, debido a un exceso de confianza, me di un tremendo golpe contra un bajo rocoso, a una velocidad de 7,2 nudos. Los daños fueron la rotura de las 6 ó 7 varengas que refuerzan la zona de sujeción de la orza, algún mueble movido, y el contramolde del baño despegado del casco, supongo que debido a la torsión sufrida tras el impacto. Además, la parte superior de la orza en su parte de popa, se clavó en el laminado, provocando una pequeña vía de agua (aprox. 25 litros en un día).

Tengo seguro a todo riesgo, y tras investigar donde podría hacer la reparación, e incluso tras haberle preguntado al perito del seguro, no lo tenía nada claro. No hago más que ver las chapuzas y las facturas presentadas por ellas, a armadores que tras estar largo tiempo sin su barco, se encuentran con que los problemas siguen más o menos igual que cuando los llevaron para arreglar. Por si fuera poco, en casi la totalidad de ellos, no te permiten la entrada para hacer un seguimiento de las reparaciones, las cuales, si son en diferentes capas o fases, después no podría comprobar.

Con todos estos antecedentes, al final me decidí por una persona, que más o menos recomendada por varios navegantes cruceristas y regatistas, podría hacerme la reparación, y ya de paso, algunos otros trabajos que tenía yo proyectados pero que por falta de tiempo me resultaba complicado acometer (modificaciones de las bancadas de la bañera, pintado de la obra muerta (con top coat, o tot coat como tu refieres) enfibrado de la orza, y alguna cosilla más.

Con el barco desarbolado, y los pernos de la orza aflojados para poder eliminar y relaminar la zona donde la orza había “pinchado” el casco, tras el lijado de dicha zona, aparecieron unas ampollas que al operario le parecieron de ósmosis.

Me llamaron por teléfono y con el corazón en un puño me dispuse a ir a evaluar inicialmente el problema y a negociar el precio de la reparación. Debo decir en este punto, que me he metido de lleno en lo que es el mantenimiento y conocimiento de mi barco. En mi biblioteca no faltan libros de electrónica, electricidad, el Glenans, y en concreto uno que compré en cuanto tuve el Arpege, La Ósmosis en embarcaciones de fibra, de Tony Stanton. Es decir, creía conocer el problema y su solución. Por cierto, yo no es que disfrute especialmente con el PRFV, pero lo que si me produce una inmensa satisfacción es ir poco a poco mejorando y solucionando los pequeños problemas que se me van presentando en el barco, ya sean de fibra, de tapizado, de motor, en fin, aprendiendo día a día.

Bueno, sigo. Cuando llegué, me encontré en dicha zona, huecos de entre 5 y 10 mm. justo bajo una capa de una aparentemente imprimación extradura, la cual al tratar de lijarla con una lijadora de disco, casi no se le hacía más que sacar brillo (supongo que debía ser el epoxy que me decía el anterior armador). Después de ver eso, quedé con el responsable del varadero, en que lijase toda la dichosa imprimación, para ver el alcance de la enfermedad.

Aquí viene ya mi primer gran miedo. El lijado, en lugar de hacerlo uniforme, como si se tratase de la obra muerta, lo hizo un nuevo operario, el cual armado de amoladora y no se que disco abrasivo, comenzó a eliminar dicha capa dejando a su paso infinidad de socavones e irregularidades. Cuando lo vi así, por poco me da un pasmo, pero ya estaba hecho, así que respiré profundamente y traté de tranquilizarme. El encargado me dijo entonces que tal y como estaba, había que dejarlo secar así pelado, y allá por el mes de marzo-abril, aplicarle el tratamiento de epoxy, el cual no queda claro si va a ser previo laminado de las zonas lijadas, o esas serán sólo enmasilladas y luego impermeabilizada toda la obra viva.

En principio, y como no iba en contra de lo que había leído en el libro de Stanton, pues me quedé más o menos tranquilo, y sabiendo que la reparación me iba a costar aprox. 3000 euros más. 3 días después de haber pasado todo esto, conozco tu libro… el resto te lo puedes imaginar.

Estoy literalmente acojonado. Tengo el barco pelado, lleno de cráteres, a la intemperie, en un puerto dónde no hay posibilidad de meterlo en ninguna nave (V………….) y con un clima gallego que hombre, sol no es que haya mucho, pero humedad, salitre y agua, la que quieras. La única ventaja, es que hace de esto unos días.

Ahora que hago?. Podrás aconsejarme?. Espero poder ir mañana a verlo y hacerle unas fotos a las “ampollas” y poder enseñarte mejor el alcance del tema.

 

Bueno, sea como fuese, ha sido un placer conocerte a través de tu libro.

 

Gracias y un fuerte abrazo.

 

CONTESTACION    27 NOVIEMBRE 2OO9

Alejandro  de  entrada  gracias  por  tus  sinceras  críticas.  Maqueté   y  corregí  el  libro   los  tres  últimos  días,  ayudado  por  «innumerables  gotitas  de colirio» (o  lo  hacía  así  o  no  nacía  el  libro)   Te  prometo  uno  de los primeros  ejemplares  de  la  2ª  edición ( amén)  .

En   cuanto a  la  segunda  parte  de  tu  email.  Gracias.

Con  respecto  al  «via crucis»  que  me  explicas,  necesito  más  datos  para  aconsejarte.  Llámame  cuando  quieras  y  hablamos. 626149599.  Un  abrazo.   Seguramente  la  semana  que  viene  tengo  que  viajar   a Ponferrada,  e  igual  me  puedo  acercar  a  V…………

RESULTADO  DE  LA  VISITA  A  ALEJANDRO ….

Era  un  día  lluvioso  y  gris.   Y   el  operario  que  le  está  «arreglando»   el  barco  no  estaba.

El  barco  estaba  pelado  (la  obra  viva)  Y   chorreando  agua.

Cuando  abrimos  el  tambucho,  pudimos  observar  como  la  sentina  del  salón  estaba  llena  de  agua,  3- 5 cm.  Los  rodillos  flotando  en  ella  y  los mamparos  humedeciéndose  e   hidrolizándose.

En  fin…. (Ver  fotos  que  siguen)   …  Alejandro  con  un  cabreo  fenomenal  y  yo  no  sabiendo que  decir….

sentina inundada

Para  colmo,  se  puede  observar  como  la  varenga (zona  de  color  blanco)  que  se  ha  tenido  que  reconstruir,  no  se  aprecia  laminada  con  tejido,  solo  con  mat (que  no  tiene  ninguna  resistencia).   Habiéndose  laminado  encima  de  los  pernos  de  la  quilla. (Recuérdese  como  luego  se  verá,  que  la  quilla  estaba  suelta,  que  donde  estaba  la  varenga  se  había  producido  una  grieta  y  vía  de  agua)   Y   que  la  quilla  se  tiene  que volver  a   soldar-apretar  al  casco.   Observen.

quilla  suelta

En  esta  foto  se  puede  apreciar  la  quilla  suelta,  y  algo  mucho  más  preocupante  y  peligroso.  Observese  que  a  partir  del  último  perno,  que  es  donde  la  quilla  se  clavó  en  el  casco,  se  ha  eliminado  más  de  1/2 centímetro  de  casco  y  posteriormente  se  ha  laminado  con  mat.  ( Ignorándose  la  capa/s  colocadas,  pero  evidentemente  (falta  material)  pués  la  quilla  no  ajusta,  como  lo  hace  desde  el  perno  hacia  proa.   ´¡¡¡ Fuertísimo  no ??    Posteriormente  a  mi  visita,  se  ha  procedido  a  reparar  y  reforzar  a  conciencia  dicha  zona,  tanto  por  dentro  como  por  fuera,  a  fin  de  restablecer  el  grosor  y  resistencia  original.

Evidentemente  como  se  puede  imaginar   el  amable  lector,  el  cuerpo  que  se  le  quedó  al  dueño  del  barco  después  de  mi  visita  y  observaciones,  fue  malo.  Afortunadamente,  todo  ello  se  ha  corregido.

La  pregunta  es  ¿ que  hubiera  pasado,  si  la  «chapuza»  no  se  detecta  a  tiempo,  y  si  fruto  de  ella,  se  produce  una  vía  de  agua,  con  pérdida  del  barco  o  incluso  de  vidas  humanas.   Vds.  Mismos.

…SIGO…

En  la  misma  foto,  ampliando  la  zona  se  observa  la  sentina  profunda  ( bueno,  lo  que  queda)  pués  el  que  lijó  la  quilla (al  no  tener  idea  de  que  ahí  había  una  sentina  profunda  ( la  llevan  todos  los  First)  Se  pasó  de  lija  y  se  cargó  las  paredes  laterales  (  ahora  hay  que  reconstruirla,  por  cierto  nada  fácil )    Adjunto  dos  fotos  ( una  la  que  cito )   Y   otra  de  otro  First  con  la  sentina  profunda  intacta.   Donde  se  puede  ver  la  diferencia.

sentina profunda arrasada

sentina profunda correcta

Bien,  ….  ¿  Está  claro  no  ?  :

a)   No  tenemos  una  afición  fácil.

b)    El  peligro  no  solo  suele  estar  en  el  mar,   (  1er  Naufragio )

c)     El  peligro  casi  siempre  peor,  suele  estar  en  tierra,  en  las  reparaciones   (  2º  Naufragio )

d)     Por  ello  es  muy  importante  que  el  aficionado  se  conciencie  y  conozca  su  barco,  como  se  repara,  independientemente  de  que  al  final  se  lo  acabe  reparando el  o  lo  encargue  a  un  «profesional»  .

e)    De  lo  contrario  se  puede  pagar  un  precio  muy  alto,  de  seguridad,  dinero, afición  y  tiempo.

ANIMO   ALEX,   NO  AFLOJES …  Ya  sabes  la  vida  del  marino  es  dificil…   Al  final  acaba  saliendo  el  sol …

Mapa de ruta

Un mapa con la ruta por los puertos visitando varaderos, realizando Inspecciones y dando Seminarios sobre la hidrólisis/ ósmosis y la problemática de las embarcaciones de fibra de vidrio (PRFV)

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